martes, 4 de diciembre de 2012

El Parlamentarismo Chileno.

El parlamentarismo,como sistema de gobierno tuvo su origen en Inglaterra. Pero, a diferencia del chileno, el sistema ingles implicaba un equilibrio,por eso se le denomina también "seudo parlamentario", justamente por haberse impuesto sobre la derrota absoluta del presidente y sus aliados. El predominio parlamentario se impuso así en forma tan extrema, que el presidente durante este periodo muchas veces fue un representante formal del poder publico, pero sin autoridad efectiva. Se utilizaron mecanismos para bloquear la acción del Ejecutivo mas que para gobernar como un poder complementario. Es decir, no es que en este período haya gobernado en lugar del presidente, si no que mas bien por el bloqueo que hizo la acción presidencial.
En realidad este llamado Periodo Parlamentario, marco la cima del poder político  social y económico de la oligarquía chilena, pero no todo se mantuvo estático ,creció la clase media y en especial el sector obrero, se formaron numerosas organizaciones sindicales y un sentimiento de desilusión y protesta, que fue tomando fuerza contra el sistema político, indiferente a los problemas sociales, conocido como la crisis de fin de siglo.

Debemos saber que la República parlamentaria chilena (1891-1925) adquirió su fisonomía definitiva después de la Revolución de 1891. La victoria de los congresistas significo la instauración del régimen Parlamentario, en que el Congreso tiene supremacía política sobre la autoridad del Presidente de la República.



     EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL PERÍODO

Las Prácticas Parlamentarias: El régimen parlamentario chileno se basó en una serie de prácticas políticas favorables al Congreso, la mayoría de las cuales encuentran su origen en el período de la República Liberal y que hemos examinado en la clase anterior en la materia relativa a las reformas constitucionales.
A lo menos cuatro prácticas parlamentarias y una reforma electoral aseguraron al Congreso su predominio:

  A. Las Leyes Periódicas: de uso común en el período liberal, pero durante la República Parlamentaria se abusó frecuentemente de ellas al usarlas como un arma política contra el ejecutivo a objeto de conseguir su control por el Congreso. Principalmente esto se hizo con la Ley de Presupuesto y la Ley de Contribuciones.

  B. Método del Debate: Este elemento fue tal vez el más pernicioso del parlamentarismo chileno, porque permitió que una minoría absoluta dentro del Congreso pudiese bloquear la promulgación de cualquier Ley. El elemento al que nos referimos es la clausura del debate. Se consideró dentro de las cámaras, que ninguna ley podía ser llevada a votación antes de que la discusión sobre la misma (el debate) hubiese concluido. Así entonces bastaba con que dos o tres parlamentarios se pusieran de acuerdo para que a través del uso permanente de la palabra, mantuvieran vivo el de bate impidiendo así que la ley se votara. Simplemente se llegaba a la aberración de que la minoría se podía imponer a la mayoría.

  C. Sobre el Veto Presidencial: La reforma constitucional de 1888 al permitir a las cámaras del Congreso insistir en un proyecto de Ley vetado previamente por el Presidente, anuló de hecho el veto absoluto, acrecentando el poder del Parlamento.

  D. La Interpelación Parlamentaria: Desde el período de la república Liberal el Parlamento había adoptado la facultad de citar a los ministros de Estado a su cámara para que explicaran una determinada conducta administrativa ante la cual creían ver un vicio de irregularidad o abuso de poder. Este procedimiento llamado interpelación, le permitía, en el fondo, al Congreso controlar y determinar la idoneidad de los ministros que eran nombrados por el Presidente.
A La Interpelación (Explicación Exigida), Pedida Por Cualquier Parlamentario, Seguía La explicación del ministro, que en realidad era una defensa de su conducta, y luego la votación de la Cámara en torno a sí se daba por satisfecha o rechazaba la justificación del interpelado.
Si la cámara aceptaba la explicación del ministro, se determinaba un voto de confianza, es decir, se entendía que éste podía seguir en ejercicio de sus funciones. Pero en caso contrario, se acordaba un voto de censura, entendiéndose que el ministro cuestionado debía renunciar a objeto de facilitar una relación más fluida entre el Ejecutivo y el Legislativo. Lamentablemente, el voto de censura no llegaba hasta ahí en sus consecuencias, porque a la renuncia del ministro seguía la de sus compañeros de partido o de todo el gabinete, quienes solidarizaban con el censurado. Se originaba entonces una rotativa ministerial, esto es, el Presidente se veía obligado a organizar un nuevo gabinete que fuera afín a los intereses de la mayoría parlamentaria, que en los más de los casos eran alianzas entre partidos; por lo tanto, la ruptura de una alianza
parlamentaria repercutía de inmediato en la solidez del gabinete y se tenía otra vez rotativa.
Esta práctica llegó a ser tan frecuente que generó una situación viciada, donde la inestabilidad de los gabinetes repercutió en la eficiencia administrativa. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que para la oligarquía ello era parte del régimen parlamentario en la normalidad de su funcionamiento.





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